El verano, con sus días largos y su ritmo relajado, es un respiro ansiado para muchas familias. Para los niños con TDAH y sus padres, sin embargo, esta época puede ser un arma de doble filo. La ausencia de la rutina escolar estructurada, las expectativas de «descanso» y la libertad a menudo ilimitada pueden llevar a la desorganización, el caos y un aumento de los comportamientos impulsivos. ¿Cómo encontrar ese equilibrio perfecto entre permitir que disfruten de su merecido descanso y evitar que la casa se convierta en una zona de guerra sin reglas, sin sentir que te has convertido en su profesor a tiempo completo?
La clave está en la estructura flexible y la anticipación, no en la imposición rígida. Tu objetivo no es replicar el colegio, sino proporcionar un marco que ofrezca seguridad y previsibilidad, permitiendo al mismo tiempo la espontaneidad y la alegría del verano.
Aquí es donde entra en juego la magia de una estructura bien pensada. No se trata de horarios militares, sino de anclajes que dan forma al día sin quitarle la diversión.
La clave está en la estructura flexible y la anticipación, no en la imposición rígida. Tu objetivo no es replicar el colegio, sino proporcionar un marco que ofrezca seguridad y previsibilidad, permitiendo al mismo tiempo la espontaneidad y la alegría del verano. Entre las estrategias, se encuentran las siguientes:
1. Diseña un Marco, No un Horario Rígido
En lugar de un horario detallado minuto a minuto, piensa en un marco diario predecible. Podría incluir:
- Horas aproximadas para levantarse y acostarse: No tienen que ser idénticas a las del colegio, pero mantener una ventana de 1-2 horas para irse a la cama y levantarse ayuda enormemente. Un buen descanso es fundamental para la regulación del TDAH.
- Bloques de Actividad: En lugar de «matemáticas de 10:00 a 10:45», piensa en «tiempo de actividad tranquila por la mañana», «actividad al aire libre por la tarde», o «tiempo de tareas del hogar».
- Transiciones Claras: Los niños con TDAH a menudo tienen dificultades con las transiciones. Avisa con antelación cuando una actividad va a terminar y otra a empezar («En 10 minutos recogemos y vamos a merendar»). Usa temporizadores visuales o auditivos.
2. Visualiza la Rutina: Pizarras y Listas
Los apoyos visuales son tus mejores amigos. Un niño con TDAH se beneficia enormemente de ver la rutina.
- Pizarra de Actividades Diarias/Semanales: Una pizarra blanca en un lugar visible donde anotéis las pocas actividades principales del día. Usa dibujos o pictogramas si son pequeños. Por ejemplo: «Desayuno», «Jugar fuera», «Comer», «Tiempo libre/Pantallas», «Cenar», «Hora de dormir».
- Listas de Tareas Simples: Para pequeñas responsabilidades, crea listas de verificación. «Mi lista de la mañana»: ( ) Hacer la cama, ( ) Vestirse, ( ) Desayunar. Esto les da un sentido de logro y autonomía.
3. Tiempo de Pantallas: Establece Límites Claros y Negocia
Las pantallas son un tema candente. En verano, sin la estructura escolar, pueden volverse el centro del universo.
- Acuerdos Previos: Antes de que empiece el caos, sientan juntos y negocien un tiempo diario o semanal de pantallas. Anótalo en la pizarra.
- Sistema de Fichas/Recompensas: Algunos niños se benefician de un sistema donde ganan tiempo de pantalla después de completar ciertas actividades (lectura, ejercicio, ayuda en casa).
- No por la Mañana: Considera una regla de «no pantallas antes de cierta hora» o «no pantallas hasta que se hayan hecho X cosas». Esto evita que se enganchen desde primera hora.
4. Actividades Significativas: Calidad sobre Cantidad
No se trata de llenar cada minuto, sino de incluir actividades que sean estimulantes y gratificantes.
- Movimiento Diario: Para los niños con TDAH, el ejercicio físico es crucial. Planifica tiempo para jugar al aire libre, ir en bici, nadar, o simplemente correr en el parque.
- Actividades de Interés: Incluye actividades que genuinamente les apasionen: dibujar, construir con LEGO, experimentos, visitar la biblioteca, aprender algo nuevo (un idioma básico, una habilidad manual).
- «Tiempo de Cerebro»: Aunque no sea «deberes», dedica un bloque corto (15-30 minutos) a algo que estimule su cerebro: leer, un juego de lógica, un cuaderno de verano divertido, o incluso un podcast educativo. Esto previene la «pérdida de aprendizaje del verano».
5. Involúcralos en la Planificación: La Colaboración es Clave
Una de las formas más efectivas de evitar convertirte en el «profe» es darles autonomía y responsabilidad.
- Reuniones Familiares de Verano: Una vez a la semana, siéntense y planifiquen juntos algunas actividades o el esquema de la semana siguiente. «Esta semana, ¿qué te gustaría hacer? ¿Qué días vamos a la piscina? ¿Qué día es tu turno de ayudar en la cocina?»
- Opciones Limitadas: Ofrece opciones, pero limitadas. «¿Prefieres ir al parque por la mañana o por la tarde?», «¿Quieres leer un cómic o un libro de aventuras hoy?». Esto les da control sin abrumarles.
- Delegar Responsabilidades: Asigna tareas del hogar apropiadas para su edad. No las hagas tú. Si se les olvida, recuerda la lista visual.
6. Sé Flexible y Comprensivo (Contigo Mismo También)
El verano es para disfrutar. Habrá días en que todo salga torcido, y eso está bien.
- Acepta el Caos Ocasional: Habrá días de desorden y frustración. No te castigues por ello. Mañana será otro día.
- Revisa y Ajusta: Si algo no funciona, cámbialo. La flexibilidad es la clave. Lo que funciona una semana puede no funcionar la siguiente.
- Prioriza el Bienestar Familiar: El objetivo principal es que todos disfruten del verano y recarguen energías. Si una regla está causando más estrés que beneficio, reconsidera.
El Beneficio a Largo Plazo: Habilidades para la Vida
Al implementar estas estrategias, no solo estás gestionando el verano, sino que estás enseñando a tu hijo con TDAH habilidades vitales:
- Autorregulación: Aprenden a anticipar, planificar y gestionar su tiempo.
- Resolución de Problemas: Descubren cómo adaptarse cuando las cosas no salen como esperaban.
- Independencia: Ganan confianza al tomar decisiones y asumir responsabilidades.
- Disfrute Equilibrado: Aprenden que la diversión y la libertad son más gratificantes cuando hay un mínimo de orden.
El verano con TDAH no tiene por qué ser una batalla constante. Con un poco de planificación, mucha paciencia y el enfoque adecuado en la estructura flexible y la autonomía, puedes asegurar que tus hijos disfruten de un merecido descanso mientras mantienen su organización y bienestar.
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