Lateralidad cruzada

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Qué es el Trastorno de Lateralidad

En los últimos años, están aumentando el número de trabajos de investigación llevados a cabo sobre las consecuencias educativas y para el desarrollo personal de tener un trastorno de la lateralidad. En este caso, nos centraremos más en aquellos niños y niñas que presentan lateralidad cruzada.

La lateralidad es la distribución asimétrica que se establece entre las funciones de los dos hemisferios cerebrales. Todos los hemisferios participan en mayor o menor medida en todas las funciones complejas, pero en líneas generales, cada hemisferio se especializa en unas habilidades determinadas. Por un lado, el hemisferio derecho se especializa en las habilidades de razonamiento, comprensión global, razonamiento lingüístico, matemáticas, percepción y los aspectos extralingüísticos. Por otro lado, el hemisferio izquierdo se especializa en las habilidades de análisis, codificación e interpretación de la información, en los aspectos lingüísticos, en la creatividad y en la intuición. Ambos hemisferios están conectados por el cuerpo calloso que activa o inhibe las áreas contralaterales en función de la tarea que quiere llevarse a cabo. En otras palabras, cada hemisferio recibe la información, tanto motora como sensorial de la parte contralateral del cuerpo. Según cómo se distribuyan las funciones corporales en nuestro cerebro (entre los dos hemisferios), utilizaremos preferentemente un lado u otro del cuerpo (el derecho o el izquierdo) para realizar las diversas acciones cotidianas. Para tareas que requieren utilizar una mano, un ojo, un oído o un pie, habitualmente uno de los dos será el que siempre usemos (o el izquierdo o el derecho para todos los casos).

La lateralidad es la preferencia que muestran las personas por un lado del cuerpo frente al otro, es decir, que un hemisferio es dominante sobre el otro y favorece la posterior coordinación de ambos hemisferios para poner en funcionamiento todos los procesos mentales y corporales de la persona. Si la persona presenta una lateralidad diferente para manos, pies, etc. estaremos ante una lateralidad cruzada. ¿Por qué se produce esto? Neurológicamente las vías nerviosas que enervan cada uno de los lados del cuerpo, ya sean sensitivas (oído, ojo) o motoras (pie, mano), permanecen separadas, pero algunas de las fibras nerviosas que las componen se entrecruzan y viajan al hemisferio opuesto, por lo que se produce una “lateralidad cruzada”. Esto hace que la dominancia de un hemisferio u otro no esté definida. La dominancia se alterna entre ambos hemisferios, lo cual provoca dificultades en el rendimiento de la persona. Por ejemplo, una persona puede tener el ojo izquierdo dominante y la mano derecha dominante, por lo que existe una lateralidad cruzada en ambas.

Las posibles dificultades que puede tener un niño o niña con lateralidad cruzada son las siguientes:

  • La memoria de trabajo puede verse comprometida, afectando a los aprendizajes de lectoescritura y matemáticas.
  • Funciones ejecutivas.
  • Mantenimiento de la atención y concentración.
  • Problemas en el razonamiento.
  • Orientación espacial y temporal.
  • Coordinación motora.
  • Lectura y escritura.
  • Cálculo y resolución de problemas.
  • Autonomía.
  • Baja autoestima.
  • Madurez visomotora.
  • Integración visual y organización perceptiva.

La intervención psicopedagógica requiere llevar a cabo un programa específico que le permita trabajar todos aquellos procesos cognitivos, emocionales, motores y sociales condicionados por su trastorno de lateralidad. De forma complementaria, puede requerir la intervención del neurólogo. En el ámbito educativo, al no ser una categoría registrada en los censos de alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo (NEAE), habitualmente suelen ser catalogados como alumnado que presenta dificultades específicas de aprendizaje en lectura, concretamente «dislexia».

La metodología de trabajo es variada: fichas de trabajo, actividades con recursos manipulativos, manualidades, lecturas, realización de proyectos, software educativo, juegos de roles, casos prácticos, dinámicas de conversación, representaciones con títeres, creaciones literarias y artísticas, uso de programas informáticos, etc. La metodología es personalizada, adaptándonos siempre a las necesidades y potencialidades de cada alumno o alumna, y en todo momento se produce una interacción continuada entre el alumnado y el psicopedagogo. Se realizará un seguimiento continuado de sus avances para adaptar los objetivos, las actividades y la metodología de intervención. La familia recibirá asesoramiento continuado.

Si sospecha que su hijo presenta este trastorno, o ya se encuentra diagnosticado y requiere de una intervención educativa, solicite cita previa. Para más información, acuda a la sección de «Contacto«.

En caso de que su hijo o hija presenta un grado de discapacidad de al menos un 33%, un Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad u otra de las categorías diagnósticas beneficiarias de recibir una Beca y Ayuda para el Alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo, podría solicitar si cumple los demás requisitos (ej: económicos).

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