Nadie dijo que educar a una persona era fácil. En determinados momentos, nuestros hijos e hijas pueden llegar a desenvolver una conducta que puede ser inadecuada: continuos enfados, pataletas, agresiones, desobediencia, falta de implicación en los estudios, mentiras reiteradas, miedo y rechazo hacia la escuela, discusiones con los padres y hermanos, problemas de autoestima y bajo auto-concepto, etc. Toda conducta puede ser reeducada si se empieza a trabajar en el momento oportuno, y tanto psicopedagogo como familiares trabajan en equipo para ayudar al niño/a o adolescente a reflexionar sobre su comportamiento y poco a poco evolucionar su conducta a una más positiva. En aquellos casos cuya conducta pueda ser patológica o derivada de un trastorno psicológico clínico, el psicopedagogo no podría trabajarlo y debería entonces ser tratado por un psicólogo. ¿Sobre qué tipo de conductas podemos intervenir los psicopedagogos?

• Rabietas y pataletas.
• Miedo o rechazo a acudir a la escuela por diferentes motivos (fobia escolar), salvo que venga derivado de otros trastornos psicológicos como un trastorno ansioso-depresivo.
• Comportamiento agresivo en el hogar y en la escuela, sin que esté asociado a un trastorno psicopatológico.
• Baja tolerancia a la frustración.
• Falta de implicación por los estudios, o desmotivación hacia éstos.
• Problemas de resiliencia, es decir, la capacidad para afrontar las adversidades de una forma positiva, es decir, como si estas fueran retos y oportunidades para el aprendizaje y para crecer como personas.
• Rebeldía y problemas para dialogar y negociar con los hijos e hijas. Continuas discusiones entre padres e hijos, entre hermanos, con los abuelos. Problemas de convivencia en la familia.
• Problemas de autoestima.
• Dificultades para establecer relaciones sociales con otros niños, adolescentes y adultos, desde dificultades en habilidades sociales, timidez o incluso mutismo selectivo.
• No ha desarrollado de forma adecuada sus hábitos de autonomía: Comer solo, vestirse solo, bañarse y ducharse solo, limpiarse solo tras realizar sus necesidades fisiológicas (es decir, que no ha aprendido a limpiarse solo el culo), etc., a raíz de lo que se espera para un niño/a de su edad.
• Problemas para acostumbrarse a probar nuevos alimentos (muy típico en niño/as con el Trastorno Espectro Autista).
• Dedica demasiado tiempo a una misma actividad, como leer cómics, jugar a los videojuegos o a ver la televisión, entre otras.

Ofrecemos a las familias una intervención basada en principios psicopedagógicos, es decir, que combina técnicas de psicología de la educación y otras de reeducación pedagógica. Algunas de las técnicas que empleamos son las siguientes:

• Juegos de roles y dinámicas por parejas o pequeños grupos, si se diera el caso.
• Representaciones teatrales con títeres y marionetas.
• Aprendizaje por modelado, moldeamiento y encadenamiento.
• Aplicación de técnicas psicológicas para modificar la conducta: Retirada de atención, contrato conductual, economía de fichas, métodos de anticipación, etc.
• Técnicas para desarrollar la inteligencia emocional y la empatía. Educación emocional.
• Técnicas de relajación.
• Análisis de casos prácticos y/o reales basadas en las experiencias del alumnado, con el objetivo de reflexionar y establecer nuevos aprendizajes, a partir de diversos técnicas cognitivo-conductuales aplicadas a la educación.
• Actividades y dinámicas para desarrollar la resiliencia.
• Apoyo emocional y acompañamiento. Es decir, ser una persona en la que el alumnado pueda confiar para que le ayudemos.

En primer lugar, la familia tiene que solicitar una cita previa al psicopedagogo a través de las diferentes vías que se le ofrecen desde la sección de Contacto, y se tendrá una primera entrevista o en el despacho del psicopedagogo o en el domicilio de los familiares (la cual será gratuita y libre de compromiso), para conocer y analizar el caso, y plantearles así una propuesta de trabajo y las tarifas correspondientes.