Cómo Ayudar a tu Hijo con Trastorno de Lateralidad Cruzada: Una Guía para Familias

¿Alguna vez has notado que tu hijo usa la mano derecha para escribir, pero patea el balón con la izquierda? ¿O quizás utiliza un ojo para apuntar y el otro para enfocar de cerca? Si es así, es posible que esté experimentando lo que conocemos como lateralidad cruzada. No te preocupes, no es algo inusual, y como padres, hay muchas formas en las que podemos apoyar a nuestros hijos.

¿Qué es la Lateralidad Cruzada?

La lateralidad es la preferencia que tenemos por utilizar un lado de nuestro cuerpo (derecho o izquierdo) para la mayoría de las actividades. Lo normal es que haya una dominancia clara en la mano, el ojo, el pie y el oído. Sin embargo, en la lateralidad cruzada, esta dominancia no es consistente en todas las partes del cuerpo. Por ejemplo, un niño puede ser diestro de mano, pero zurdo de pie o de ojo.

Es importante diferenciar entre tener una preferencia ambidiestra natural (ser hábil con ambas manos, por ejemplo) y un trastorno de lateralidad cruzada, donde la falta de una dominancia clara puede generar ciertas dificultades.

¿Cómo Puede Afectar a mi Hijo?

Aunque cada niño es único, la lateralidad cruzada puede manifestarse de diferentes maneras y, en algunos casos, impactar en el desarrollo de ciertas habilidades. Algunas de las áreas donde podemos observar dificultades incluyen:

  • Rendimiento académico: Puede afectar la escritura (direccionalidad, legibilidad), la lectura (confusión de letras como ‘b’ y ‘d’, o ‘p’ y ‘q’), e incluso en matemáticas (organización de números, operaciones).
  • Coordinación motora: Dificultades en actividades que requieren coordinación fina y gruesa, como atarse los cordones, recortar, o practicar deportes.
  • Orientación espacial y temporal: Problemas para diferenciar derecha e izquierda, o para seguir secuencias y organizar el tiempo.
  • Atención y concentración: En ocasiones, la falta de una lateralidad definida puede repercutir en la capacidad de mantener el foco.

¿Qué Podemos Hacer en Casa para Ayudarles?

La buena noticia es que hay muchas estrategias que podemos implementar en el día a día para apoyar a nuestros hijos. ¡La clave está en el juego y la paciencia!

  1. Potenciar la coordinación bilateral:
    • Juegos con ambas manos/pies: Anima a tu hijo a usar ambos lados del cuerpo en juegos como lanzar y atrapar pelotas grandes, saltar a la comba, o actividades que involucren cruzar la línea media del cuerpo (como tocar la rodilla derecha con el codo izquierdo).
    • Actividades artísticas: Dibujar, pintar, modelar con plastilina, o construir con bloques son excelentes para desarrollar la motricidad fina y la coordinación.
  2. Reforzar la direccionalidad y orientación espacial:
    • Juegos de «derecha e izquierda»: Juega a dar indicaciones usando estos conceptos («da un paso a la derecha», «levanta la mano izquierda»).
    • Circuitos de obstáculos: Diseña pequeños circuitos en casa donde tengan que seguir un camino específico, girar a la derecha o a la izquierda, pasar por debajo o por encima.
    • Puzles y construcciones: Ayudan a comprender las relaciones espaciales y la ubicación de los objetos.
  3. Fomentar la lateralidad dominante (si la hay):
    • Observa y potencia: Si tu hijo muestra una preferencia clara por una mano o un pie para ciertas actividades, anímale a usar ese lado. Por ejemplo, al comer, escribir o patear.
    • Herramientas adaptadas: Asegúrate de que los útiles escolares (lápices, tijeras) sean cómodos y adecuados para su mano dominante.
  4. Estimular la percepción visual y auditiva:
    • Juegos de discriminación visual: Busca las diferencias, sopas de letras, o juegos de memoria visual.
    • Juegos de discriminación auditiva: Repetir secuencias de sonidos, adivinar sonidos, o juegos de «Veo, veo» que requieran atención a los detalles.
  5. Rutinas y organización:
    • Establecer rutinas: La previsibilidad ayuda a organizar el tiempo y las tareas.
    • Organizar el espacio: Ayúdale a mantener su espacio de estudio ordenado para evitar distracciones y facilitar la concentración.

¿Cuándo es el Momento de Buscar Ayuda Profesional?

Es normal que los niños estén en proceso de definir su lateralidad hasta aproximadamente los 5 o 6 años. Si después de esta edad sigues observando dificultades significativas en las áreas mencionadas, o si estas dificultades están afectando su desarrollo o bienestar, es recomendable buscar la opinión de un profesional.

En el Gabinete Psicopedagógico Kaposkly, se puede una evaluación psicopedagógica para indagar si su hijo o hija presenta el trastorno de la lateralidad y diseñar un plan de intervención psicopedagógica personalizado. Nuestro objetivo es siempre proporcionar las herramientas necesarias para que tu hijo alcance su máximo potencial.

Si necesitas asesoramiento o que ayuden a tu hijo/a en este sentido o a ti mismo, accede a la sección de Contacto.

¿Qué es ser adicto a las tecnologías?

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Vamos a plantear el siguiente supuesto: Marco Antonio se levanta a las 9 de la mañana, y directamente se sienta delante del ordenador. Juega toda la mañana a su videojuego de rol preferido, desayunando en el dormitorio llevándose una taza de Cola-Cao y dos magdalenas. Al mediodía, abre sus correos electrónicos y se mete en la página web sobre el videojuego, para leer trucos, novedades y datos de interés. Lee los artículos que le interesan y comenta la mayoría de esas noticias, recibiendo a veces valoraciones positiva («flecha verde») o negativas («flecha roja»).

Llega la hora de comer. Su madre sufre una barbaridad para conseguir que Marco Antonio se siente en la mesa, y come a toda prisa y sin atender a las conversaciones de los demás. Tiene la cabeza en otra cosa, en lo que va a hacer a continuación en su ordenador. Por la tarde se conecta al mismo videojuego de rol, cuando su grupo de amigos de videojuegos se conectan, y durante toda la tarde se dedica a jugar a ese videojuego. Se acuesta tarde, y la mayoría de las veces porque su padre le obliga a acostarse porque si no, sería capaz de quedarse hasta muy tarde.

No sale nunca con amigos a la calle, solamente se relaciona con personas en su ordenador. Nunca quiere ir con sus padres a ningún sitio. Y estamos hablando de cuando está de vacaciones, porque en el instituto le va muy mal. Hay días en que falta a clase a escondidas para quedarse jugando, y cuando va a clase no atiende nunca a la explicaciones de sus profesores, apenas se implica en las tareas en grupo y no se habla con sus compañeros. Se queda normalmente dando paseos por el patio, solo, o pensando ideas para cuando vuelva a casa y continúe jugando. Ha suspendido 7 asignaturas en la última evaluación, y ya ha repetido un curso. Sus profesores no saben qué hacer con él, porque cuesta mucho conseguir que esté centrado y le motive lo que estudia. Han tenido charlas con él y con sus padres. Se sienten mal por no haber vigilado adecuadamente a su hijo, pero el problema es que ambos trabajan todo el día y llegan a casa muy tarde, y su hijo se pasa todos los días solo.

¿Qué es lo que le puede pasar a Marco Antonio? Es posible que tenga un problema de adicción a los videojuegos. No es adicto al ordenador, solamente a ese videojuego de rol. Lo sabemos porque solamente está dedicado a ese videojuego, y cuando lee algo, solamente lee páginas que hablan sobre ese videojuego. No se preocupa de relacionarse con otras personas, no hace caso a su familia (los ve como si fueran dos personas que viven solamente para pagarle el acceso a Internet y darle de comer), pasa de los estudios, etc. ¿Qué expectativas tiene Marco Antonio acerca de su vida? Solamente es adicto a ese videojuego concreto, a ese contenido.

Es importante realizar un diagnóstico y trabajar con él, aunque es importante que primero él admita que tiene un problema y necesita ayuda. Para ello el psicopedagogo puede ayudarle a darse cuenta de aquellos factores de su vida que está dejando de lado, sobre todo pensar sobre su futuro. ¿Realmente buscará trabajo cuando prefiere quedarse en casa jugando? ¿Cómo va a costearse el acceso a Internet y la comida si los padres deciden echarle de casa? Tras esto, se inicia un proceso el joven comenzará a controlar sus impulsos y a moderar el uso de la tecnología. No se trata de dejarlo ni de prohibírselo, sino de saber compaginar la tecnología con todo lo demás (estudios, amigos, trabajo, familia…) de forma adecuada. Se trabajan con él actividades relacionadas con el ocio alternativo, la educación para el consumidor, la autoestima y el autoconcepto, las habilidades sociales, la inteligencia emocional, etc., según sus necesidades. También es importante que las familias reciban el asesoramiento oportuno para saber cómo implicarse de manera adecuada.

Es un proceso que puede durar tiempo, pero los resultados pueden ser muy beneficiosos a largo plazo. Si necesitas ayuda, sea porque tengas dudas o sospeches de que eres adicto o que tienes a un familiar que pueda tener esos síntomas, ve a la sección de «Contacto«.

Recuperación de la dislexia

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La dislexia es el trastorno que provoca que tengamos dificultades para reconocer y percibir los grafemas, provocando que tengamos dificultades a la hora de escribir y de comprender la lectura de un texto leído. Esto último sobre todo sucede porque, debido al esfuerzo que el alumnado realiza para decodificar las palabras que lee, conlleva a que no haya sido capaz de concentrarse en comprender el mensaje transmitido por el texto.

Afortunadamente, la investigación en dislexia ha avanzado mucho. Son muchos los profesionales que tienen este trastorno y han logrado no solo salir adelante sino también triunfar. Es el caso de Bill Gates, el creador de Microsoft. ¿Qué hubiera sido del mundo si en su país Bill Gates no hubiera sido intervenido de manera adecuada? ¿Habríamos tenido los ordenadores que hemos usado siempre?

Es importante realizar un diagnóstico del estado en el que se encuentra la persona, utilizando una serie de pruebas especializadas para evaluar los procesos lectores. Entre ellas es bueno permitirle que lea listados de diferentes tipos de palabras: palabras sometidas a reglas de ortografía arbitraria, palabras muy comunes, palabras poco corrientes o rebuscadas, pseudopalabras (no existen), palabras extranjeras, palabras homófonas, palabras parónimas, etc. ¿Por qué? Debemos tener en cuenta que el ser humano es capaz de captar las palabras a través de dos vías: La auditiva y la visual. Por la vía auditiva captamos los fonemas, y por la vía visual los grafemas. La conversión entre ambas nos permite saber identificar palabras tras haberlas leído y tras haberlas escuchado. Puede fallarnos una de las vías y tener dificultades para identificar algunos tipos de palabras.

Es importante realizar el diagnóstico y trabajar la conciencia fonológica de las palabras (fonemas, letras, sílabas y palabras), además de todas aquellas habilidades cognitivas que están relacionadas con el aprendizaje de la lectoescritura: La orientación académica y profesional, la grafomotricidad, el ritmo, el esquema corporal, la atención, la memoria, la estabilidad postural, la integración visual, etc. A partir de una secuenciación de actividades, poco a poco podrá evolucionar y superar sus dificultades.

Se le recomienda a las familias que, ante cualquier síntoma de sospecha de que pueda tener una dislexia, soliciten a sus centros educativos la realización de una evaluación psicopedagógica. Aunque cierto es que existen una serie de pruebas específicas, es importante realizar otras pruebas para descartar otros síntomas posibles, ya que no solamente se debe tomar como criterio el trabajo de un día, sino todo el historial, con toda la información recopilada por las familias y los maestros de sus hijos a partir de la observación de su rendimiento en el aula, de sus tareas, de si rechaza o no realizar ciertas tareas por el esfuerzo que le supone, etc.