La comunicación con niños con Trastorno Espectro Autista (TEA)

Trastornos Espectro Autista
Imagen extraída de: http://www.edelfo.org/site/images/tratamiento-para-autismo.jpg

El trastorno espectro autista (TEA) pertenece al grupo de los trastornos generalizados del desarrollo (TGD). Los niños con este trastorno presentan problemas para comunicarse, ya que carecen de función simbólica, que es la capacidad que tenemos las personas para emitir nuestras representaciones al exterior para establecer un proceso comunicativo. Pueden no llegar a sentir interés por las personas, además de un comportamiento obsesivo. Les gusta que esté todo sistematizado y que sea a su vez muy rutinario. Sienten ansiedad cuando hay incertidumbre o se introducen novedades bruscas. Les cuesta entender el lenguaje verbal, sobre todo si utilizamos metáforas, ironías o expresiones con doble sentido («las peras»).

Para comunicarnos con estos alumnos, resulta recomendable comenzar utilizando sistemas aumentativos y alternativos de la comunicación. Sobre todo se recomienda utilizar sistemas visuales, que ayuden al alumnado a comprender el mensaje y asociar el lenguaje a una imagen determinada. Los recursos más utilizados son las fotografías y los pictogramas. Los pictogramas son imágenes representativas de determinado vocabulario. Podemos construir frases o secuencias de acciones a través de pictogramas para que el alumnado nos comprenda. Por ejemplo, si queremos intentar enseñarle que no está bien meterse el dedo en la nariz en público para sacarse un moco, le pondríamos dos pictogramas. El primero de ellos, es una foto o un pictograma donde sale un niño sonándose la nariz con un pañuelo o quitándose la burilla con el pañuelo. Al lado, un pictograma tachado donde aparece un niño metiéndose el dedo en la nariz. El tachón le indica que esa acción no es correcta hacerla. También se utilizan secuencias de pictogramas para indicar secuencias de acciones o actividades que van a realizarse a lo largo del día, de forma que le permita predecir lo que se va a hacer y, por lo tanto, reducir los síntomas de ansiedad por la incertidumbre.

Entre los recursos existentes, podemos utilizar tableros de comunicación, donde representemos mensajes, cuentos o incluso calendarios. Por ejemplo, podemos representar en un póster el calendario de la semana, con pictogramas de las materias que se trabajan cada hora o en cada momento de la jornada (antes y después del recreo, antes de ir al comedor…), con las acciones que se hace al entrar en clase (colgar el chaquetón, sacar los libros, saludar al profesor, portarse bien…), y con las fotos del profesorado que le va a dar clase. Cada niño puede tener su propia agenda de pictogramas, cuentos hechos con pictogramas, y en clase pueden utilizarse recursos visuales como las presentaciones en Powerpoint, los gráficos, los mapas, los flashcards, etc., para fomentar la atención y la comprensión de la información.

Cuando queremos enseñarles a hacer una actividad o a modificar su conducta, es importante ir avanzando de forma progresiva. Suelen rechazar los cambios bruscos, así que, si por ejemplo queremos hacerle probar un nuevo alimento, mejor empezamos con alimentos con sabores parecidos a los que le gustan a él (por ejemplo), y en pequeñas cantidades, combinándolo con alimentos que le gustan. Comenzamos siempre presentándole un menú con fotos de los platos que va a comer, y al final, como refuerzo, su postre preferido y la actividad que harán después de comer (por ejemplo, ver en la televisión su programa favorito). Se debe reforzar cada acción positiva que realiza.

Se recomienda leer libros como «Los niños pequeños con autismo. Soluciones prácticas para problemas cotidianos», del equipo DELETREA, el cual aporta unas ideas interesantes para educar a nuestros hijos con autismo. También sería positivo combinar esto con dinámicas que le permitan comprender las emociones de los demás, donde deba reconocer las expresiones de diferentes emociones básicas (alegría y tristeza, ira, miedo, etc.) comenzando con pictogramas y poco a poco usando fotografías y fotos donde no haya rostros representados pero que, por la situación explicada, deba seleccionar la emoción más oportuna.

Muchas de estas propuestas queremos trabajarla desde el Gabinete Psicopedagógico Kaposkly.

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