
«Somos un grupo de amigos y a menudo hay conflictos entre nosotros que no pasan a mayores. Sin embargo ahora hay un grave problema entre una parte del grupo contra los otros. Quiero mediar y resolver este problema. ¿Cómo puedo hacerlo sin posicionarme? Somos todos amigos desde hace muchos años y sería una pena arruinarlo todo por un problema que tiene solución.«
Estimado:
Te felicito por la iniciativa que tienes de querer salvar las relaciones de amistad del grupo.
Intentaré explicarte una técnica para fomentar el diálogo:
1) Reúne a todos los miembros del grupo en el salón de tu casa (ya que has tenido la iniciativa tú). Intenta que vayan todos, es importante.
2) Si no tienes una pizarra o algo similar, compra una cartulina de tamaño grande y ponla encima de una mesa.
3) Expón al grupo el problema que te ha surgido y que te preocupa. Di lo que piensas, que tienes miedo de que el grupo se separe y quieres ayudarlos a que solucionen su problema. Esto podrá animarles, sentarles bien y decidir intentar hacer un esfuerzo.
4) Analiza el problema. Que cada uno diga su punto de vista. Anota todo en la cartulina con un rotulador fino. Si el grupo está dividido en dos puntos de vista, crea una tabla que permita contrastar los dos puntos de vista. Todos deben participar, y si le cuesta hablar, animadle.
5) Buscad los puntos en común y los contrarios. Ayudará a ponernos de acuerdo.
6) En donde haya discrepancias, hay que intentar pensar una solución sensata al problema.
La cuestión es buscar una solución que pueda satisfacer a todos, en la mejor medida de lo posible. Si es un tema del cual uno al final no va a salir ganando, al menos ayudarle a reflexionar sobre lo sucedido y que entienda la postura del que va a salir «ganando». La cosa es intentar que todos maduréis con esto y que, a pesar de todo, podéis seguir siendo amigos. Reflejar todo el proceso en el mural porque os ayudará a ir hacia atrás y plantear una solución al problema.
Es importante que habléis por turnos. Si quieres puedes repartir tarjetas para controlar el turno de palabra. Cada vez que alguien hable, debe entregar una tarjeta (dale tres a cada una, al menos por cada ronda de discusión). Controla que todos participen, se puede averiguar por el número de tarjetas que tenga. Otra medida sería empleando una botella que vaya girando uno a uno indicando el turno de palabra, y que haya una persona que te ayude a controlar el tiempo que tarda cada uno en exponer su punto de vista. Tú haces de anotador y moderador, y el otro te ayuda controlando el tiempo del turno de cada participante. Son técnicas de diálogo. Si lográis resolver el conflicto, iros a tomar algo por ahí y disfrutar del resto del día. Una cena de convivencia sería lo ideal, sobre todo si vosotros mismos lo cocináis todo, aunque si no es posible por no tener nadie un piso propio (ignoro si sois adolescentes o jóvenes o adultos), pues reservad un sitio para cenar, aunque sea en un restaurante chino. Y luego a salir por ahí.
Un cordial saludo y mucha suerte, campeón.