
«Buenas, soy madre de dos chicas de 14 y 16 años y estamos pasando unos días en un chalet cerca de la playa de la familia de mi hermana, que tiene otra hija de 15 años. Llevamos unos días solas mi hermana, las tres chicas y yo.
Desde hace unos días nuestras hijas han empezado a salir con otras adolescentes de la urbanización. Sus amigas han empezado a venir bastante al chalet. Lo único que hacían era subir una habitación del piso de arriba, y estar horas y horas encerradas. De vez en cuando se les oía reír a carcajadas.
No hemos podido saber que hacían hasta ayer mismo, cuando accidentalmente mi hermana entró en el baño mientras nuestras hijas se duchaban, y vio como a las tres les faltaba parte del vello púbico, como si se los hubiesen arrancado a tirones. Así hemos podido averiguar que jugaban a un juego de cartas, en el que cuando perdían, tenían que arrancarse una parte del vello púbico.
Mi hermana se ha enfadado muchísimo, y les hemos rasurado lo que les quedaba de vello a las tres para terminar con el juego.
Ahora me parece que igual hemos sido demasiado duras con ellas. A mí me parece que son cosas relativamente normales a su edad, pero mi hermana le parece demasiado extraño. ¿Cuál es su opinión?»
Entiendo vuestra preocupación y cómo os habéis sentido cuando visteis a vuestras hijas con el vello púbico arrancado. Entiendo también vuestra reacción, pero es importante que habléis con ellas sobre el tema. Hoy ha sido esto, pero en un futuro puede ser otro tipo de juego donde el perdedor deba hacer algún tipo de reto. La idea es que habléis con ellas sobre los motivos por los que aceptan participar en estos juegos, si se sienten bien haciendo esto, si disfrutan, si esas chicas realmente valen la pena y se preocupan por ella o solamente viene para jugar a ese juego, si esas chicas son realmente amigas suyas y tratan a vuestras hijas con respeto, etc., así como las consecuencias de llevar a cabo esos castigos u otros similares para su salud. Sobre todo deben distinguir entre dignidad y diversión, Si alguien le obliga a hacer algo indigno o simplemente que no le parezca bien o no le guste, y ellas lo hacen por caer bien, hay que valorar si realmente vale la pena.
Es importante que escuchéis a vuestras hijas, conozcáis su punto de vista de todo y empatizar, recordando si es necesario vuestra infancia y adolescencia. Analizar errores cometidos por vosotras en el pasado y lo que pensáis ahora de lo que hicisteis, así como darle pautas para responder ante cualquier tipo de chantaje o provocación. Estas conductas habría que trabajarla en casa o en la consulta de un especialista, es bueno que aprendan las conductas alternativas en vez de dar por hecho que serán capaces de hacerlo por sí solas.
No deberíais castigarles, simplemente pueden haber cometido un error, y para evitar volver a cometerlo, sería importante conocer o disponer de gente madura y de confianza que pueda hablarles y tratarlas con respeto, así como ayudarles a reflexionar.