¿Qué puedo hacer si mi hija desea dejar la carrera universitaria?

dejar-estudios«Mi hija quiere abandonar la carrera en primer curso porque asegura se ha equivocado y no le gusta. El problema es que no me da alternativas para comenzar otros grados y le veo muy perdida apuntando sin dirección. El temor es que con esa inseguridad encadena abandono tras abandono

Antes que nada, habría que asegurarse de si desea abandonar la carrera universitaria porque no le gusta o porque tiene miedo a fracasar o no se siente capaz de sacársela. El primer curso siempre es el más duro de todos, ya que el grado siempre supone un salto cualitativo a nivel de esfuerzo y complejidad con respecto al Bachillerato, y dependiendo siempre de la carrera. Es normal traer varios suspensos el primer año, pero poco a poco, a medida que se va adaptando, se recupera todo. Hay que comprobar primero cuál es el real motivo por el que su hija ha decidido abandonar la carrera.

Si realmente no le gusta la carrera o no cumplió con sus expectativas iniciales, pues la recomiendo iniciar un proceso de orientación académica y profesional. En un gabinete psicopedagógico, pueden hacerle un estudio de su personalidad, intereses y aptitudes con el objetivo de extraer un perfil con una serie de salidas académicas y profesionales asociadas, que pueden ayudar a su hija a orientarla en sus decisiones. Ella es quien debe decidir. Y por cierto, no tiene por qué cerrarse solamente a los grados universitarios. En España hay una amplia variedad formativa que puede satisfacer a su hija: Ciclos formativos de grado superior, certificados de profesionalidad (formación profesional para el empleo), enseñanzas deportivas, enseñanzas de idiomas, enseñanzas artísticas…Lo importante es que su hija estudie y aprenda algo que la haga feliz y la llene, independientemente del nivel educativo al que pertenezcan esos estudios.

Si finalmente se tratara de «Miedo al fracaso», pues conviene trabajar su autoestima, así como su visión de los suspensos o repeticiones de asignaturas, partiendo de sus creencias, así como de lo que significa para ella «aprender». También puede ser útil, si se diagnosticase, trabajar técnicas de estudio adaptadas a la enseñanza universitaria, si se diera el caso.

Finalmente, si es la primera opción y ninguna de las opciones convence a su hija, podría ser una buena opción optar por otros estudios mientras reflexiona con calma lo que desea estudiar. Por ejemplo, puede irse al extranjero a estudiar un idioma, o incluso trabajar de algo que esté en su mano para aprender otras habilidades personales que no se aprenden estando sentada en un pupitre.