Consejo para acertar a la hora de elegir a un trabajador en un proceso de selección de personal

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Tengo que elegir a una persona para que cubra mi puesto durante las vacaciones y no quiero equivocarme al hacerlo, ¿me pueden dar algún consejo?

Dependerá de cuál sea tu puesto de trabajo. Lo ideal es que, primero, tengas claro el perfil que deseas que tenga la persona que cumpla tu lugar: Formación, experiencia, actitudes, conocimientos, etc. Redáctalo en un informe si no lo tienes muy claro.

Posteriormente, además de la entrevista correspondiente, sería conveniente que le pusieras una serie de casos prácticos para resolver. Ponle problemas o situaciones que tú habitualmente te encuentras en tu puesto de trabajo, y que explique cómo los resolvería. Si tiene que usar el ordenador y aplicaciones informáticas específicas, ponle un pequeño examen y que haga el supuesto práctico utilizando las herramientas que creas oportuno. Si quieres que hable con un nivel fluido de inglés, conversa con él en ese idioma. Si quieres que destaque en capacidades para la atención al cliente, haz un juego de roles donde tú actúes como si fueras uno de tus clientes, a ver qué tal responde.

La cuestión es que deberías centrarte más en valorar capacidades para resolver problemas diarios en tu puesto de trabajo, más que en ver los títulos que tiene. Hay personas que sacan buenas notas y estudian muchos cursos, pero a veces no tienen una buena capacidad para aplicar sus conocimientos a un supuesto práctico, sea por falta de práctica, sea por poseer unas habilidades sociales irregulares, sea porque no ha tenido buenos profesores (es triste y duro, pero a veces es así), o porque se pone muy nervioso y se bloquea, entre otras posibles razones. No te quedes con el primero que veas, haz una selección y luego decides quién ha respondido mejor.

Las ventajas de emprender

Ventajas de emprender, análisis del Gabinete Psicopedagógico Kaposkly de Cádiz
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El Gabinete Psicopedagógico Kaposkly es una propuesta personal de Rafael López Azuaga, psicopedagogo. En su día tuve la iniciativa de crear mi propio gabinete, donde desarrollase mis propias ideas y proyectos educativos. No solamente para intentar vivir de lo que me gusta, sino también satisfacer mi autoestima a nivel personal colaborando con otras instituciones educativas. No todo en esta vida es ganar dinero, personalmente necesito poco para sobrevivir. Muchas veces se vive contento y feliz tras ayudar a otras personas.

En tiempos de crisis económica, se ha difundido mucho la palabra «emprender», en el sentido de que en el mundo actual, donde no se crean los suficientes puestos de trabajo, la salida para trabajar sea la de crear tu propio negocio o proyecto. No es fácil. Primero debes tener una idea que sea factible llevar a cabo, e investigar si hay personas que pagarías por recibir tus servicios, sea a través de compra de bienes materiales o a través de realizarles una tarea. Además, debes valorar qué inversión necesitas hacer. ¿Tienes suficientes ahorros? ¿pueden tus padres prestarte algo de dinero? ¿tienes un aval para pedir un crédito en una entidad bancaria? Toda la parte económica-financiera da siempre mucho miedo. Y luego está que es un trabajo más duro que trabajar por cuenta ajena o ser funcionario. No solamente debes desempeñar tu trabajo, sino ocuparte de mantener y gestionar la empresa a lo largo de los años. Y a veces puede que debas reinventarte.

¿Qué ventajas te aporta emprender, partiendo de la experiencia?

  1. Ganas más confianza en ti mismo cuando ves lo que has sido capaz de hacer. Demuestras valentía e iniciativa, y no demuestras ser a una persona acomodada y «víctima» que le echa la culpa de su situación personal al Estado.
  2. Aprendes mucho sobre el funcionamiento del sistema, marketing, economía, etc., además de que llevar a la práctica tus aprendizajes siempre te da más seguridad como persona y profesional.
  3. Eres más fuerte ante la posibilidad de encontrarte nuevos retos en tu vida. Te has enfrentado ya a un reto enorme al emprender, así que te puede servir para futuros retos que te permitan crecer como persona y profesional.
  4. Si el proyecto funciona y crece, puedes hasta contratar a personas. Dar de comer a otras familias, eso siempre satisface mucho. Puedes recibir ayudas económicas en un futuro gracias a esto.
  5. Te sientes más útil, y tu autoestima aumenta, sobre todo cuando comiences a recibir más clientes o firmar convenios de colaboración con otras empresas.

Estos son algunas de las ventajas. Como inconvenientes, tiene que todo es más duro, y que al principio vives en una situación de incertidumbre porque no sabes si va a funcionar o si vas a saber responder satisfactoriamente a las demandas de tus clientes. Pero si no lo experimentas, no aprenderás nunca. Se aprende siempre de la experiencia y de los errores, somos humanos al fin y al cabo. En tu etapa formativa recibes una base, pero cuando uno aprende de verdad es en la práctica. Siempre he dicho que en la universidad se debería potenciar más el desarrollo de períodos de prácticas, contratos y orientación para el empleo y el auto-empleo.

¿Qué opinan ustedes?

Cómo evitar aburrirse en tu trabajo

Qué hacer si te aburres en tu trabajo, por el Gabinete Psicopedagógico Kaposkly, de Cádiz
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Cuando decidimos escoger una carrera vocacional (no tiene por qué ser una carrera universitaria), habitualmente existen unos motivos. Podemos sentir la vocación de que deseamos ejercer esa profesión, porque sentimos pasión y nos gusta, aunque hay gente que escoge esa profesión porque la conoce por sus padres, porque la hacen sus amigos, porque tiene muchas salidas, porque parece que está demandado, o por escoger algo, entre otras razones. Bueno, vamos a pensar en que la hemos escogido porque no parece interesante.

Estudias lo que necesitas para ejercer, e incluso superas unas oposiciones si lo requiere, y comienzas a ejercer. Empiezas ilusionado, vas a trabajar de lo que te gusta. El primer año es maravilloso, descubre que se te da bien ese trabajo. El segundo año se repite un poco todo, pero lo llevas. Pero pasan algunos años y comienzas a desanimarte. Te empiezas a aburrir porque tu vida se está volviendo demasiado monótona. Y todavía te quedan muchos años para jubilarte y cotizar a la seguridad social. ¿Qué es lo que me pasa? ¿me habré confundido de verdad de carrera? ¿a lo mejor esto no era lo que deseaba?

Es cierto que cuando decidimos escoger una carrera vocacional, tenemos que pensar con detenimiento si nos vemos desarrollando una labor profesional durante unos 40 años, más o menos. Eso además conlleva reciclarse continuamente y adaptarse a las etapas de crisis que podemos vivir. No olvidemos que el sistema puede evolucionar, y lo que hoy esté demandado, mañana no lo esté. Con la crisis provocada por la burbuja inmobiliaria, muchos arquitectos tuvieron que emigrar o reciclarse. O ahora hay tantos licenciados en Derecho que cuesta que haya trabajado para todos. Pero no hablaremos ahora de ese tema.

Volvamos de nuevo a la situación: Me aburro en mi trabajo. Los días son ya iguales, y no hay retos interesantes. Hay días en que me dan ganas de no levantarme de la cama, y creo que ahora encima mi rendimiento es inferior por culpa de eso. Me lo dicen mis compañeros, que últimamente he pegado un bajón y que puedo tener problemas si sigo así. Pueden ser tus compañeros, o los propios clientes que ya no están satisfechos con tu trabajo y deciden buscarse a otra persona.

¿Qué podemos hacer? ¿Cómo podemos romper esa monotonía?

  • Compartir lo que haces. ¿Por qué no creas un blog donde compartes tus trabajos? También puedes asesorar y dar consejos a personas, sobre todo a los principiantes. Puede hacerte sentirte útil y ver que valoran tu trabajo y pasión.
  • Crea tus propios proyectos. Podrías crear tus propias ideas y difundirlas, patentarlas. Podrías dedicarle un tiempo a la semana y poco a poco obtendrás beneficios. Innovar en lo que haces, experimentar dentro de tu trabajo, eso te permitirá crecer como profesional y evitar que la profesión se vuelva monótona. Si trabajas para una empresa, puedes plantearles a tus superiores estas ideas. Verán que tienes iniciativa, algo que valoran mucho los empresarios hoy en día.
  • Si tu trabajo es demasiado rutinario (ej: administración), puedes en tus ratos libres plantearte la posibilidad de dedicarte a la formación de profesionales. No es dejar tu trabajo, sino que estudies un curso para ser formador e impartas cursos donde transmitas tus conocimientos y experiencias a las personas que estén interesadas. Te hará sentirse muy llena.
  • Otra posibilidad es que realices tareas que permitan elevar tu autoestima. Puedes buscarte nuevas aficiones que te permitan desconectar, y te hagan feliz. Tal vez ese «puntillo» de felicidad te permite ir más relajado y animado al trabajo, porque sabes que luego viene lo bueno cuando terminas. ¿Qué tipo de actividades pueden desempeñar?: Teatro, dibujo, escritura, voluntariado social, deporte, etc. ¡Lo que te haga ilusión!
  • Si definitivamente ves que tienes ganas de cambiar de trabajo, puedes plantearte estudiar otra cosa diferente, aunque sea a distancia. No debes cambiar de trabajo hasta que hayas conseguido uno nuevo sobre lo que has estudiado. Conozco a gente que se matriculó en Magisterio conmigo o en otra carrera porque estaban en esa situación: Aburridos de su trabajo, y querían progresar, así que estudiaron la carrera y se pusieron a opositar. En cuanto consiguieron la plaza, dejaron su antiguo trabajo y comenzaron el nuevo trabajo. Y su autoestima mejoró.

Mucho ánimo a aquellos que estéis pasando por esta situación.