¿Qué medidas podemos tomar si nuestros hijos e hijas son rebeldes?

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Fuente: https://static.vix.com/

«Tengo una hija de 18 años que esta muy rebelde: sale del instituto y luego se va a otro lado sin avisar, contesta de forma grosera pero sin lisuras, aun no ha empezado estudios superiores y quiere salir todos los fines de semana a pasear y dice que tiene derecho a salir, pero no cumple ni pone de su parte en los estudios

Es normal que a esta edad, habiendo cumplido la mayoría de edad, haya personas que sientan que ya tienen derecho a tomar sus decisiones sin que sus padres les controlen o les impongan lo que tienen que hacer en cada momento. Es decir, se sienten que, por edad, son libres de hacer lo que les plazca sin pensar en las consecuencias de sus actos y a veces puede fallar la empatía.

Es comprensible que una persona de su edad quiera disfrutar de su juventud y salir todos los fines de semana, lo cual no me parece mal, siempre y cuando haya cumplido con sus responsabilidades. Entiendo que su rendimiento académico no es el deseado dadas las exigencias de la etapa educativa en la que se encuentra (entiendo que está estudiando Bachillerato).

Creo que tendríais que reuniros con ella, intentando acercaros a ella amablemente y no haciendo caso a las reacciones groseras que pueda tener, porque si reaccionas con enfado a la primera, no lograrás conseguir hablar con ella y calmarla. Demostrad que estáis preocupados por su rendimiento y que entendéis que desee vivir su juventud y salir con sus amistades, pero que también debe cuidar sus responsabilidades. Lo ideal sería negociar un horario, donde se especifique el tiempo dedicado a los estudios y el tiempo dedicado al ocio. Podría por ejemplo librar los sábados por la tarde-noche y por la mañana estudiar, y el domingo, tras descansar por la mañana tras haber salido el sábado por la noche, dedicarlos a estudiar. Decidle que le dejaréis salir a donde quiera e incluso con un horario que a ella le agrade a cambio de poner de su parte en los estudios entre semana. Eso incluye que por las tardes tenga un horario para estudiar en casa y hacer los deberes. Valorad la posibilidad de contratar a un profesor o maestro (a ser posible con conocimientos de psicopedagogía) que todas las tardes le realice un seguimiento académico, le enseñe técnicas de estudio y le ayude con las materias que le cuestan más, entre otros. Podríais ofrecerle esto como una muestra de que queréis ayudarla y que invertiréis lo que haga falta para que ella pueda cumplir con sus responsabilidades académicos. Dejad claro que esto es una ayuda para que ella pueda lograr sus objetivos y poder a cambio disfrutar de su tiempo de ocio, y no un castigo.

Es cierto que lo ideal habría sido empezar antes y no cuando queda mes y medio de curso, pero al menos para conseguir lo que se pueda y, en el peor de los casos, llevarlo a cabo también durante el verano, ya entonces pactando los horarios de estudio y ocio para estos dos meses.

 

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