
La dislexia es el trastorno que provoca que tengamos dificultades para reconocer y percibir los grafemas, provocando que tengamos dificultades a la hora de escribir y de comprender la lectura de un texto leído. Esto último sobre todo sucede porque, debido al esfuerzo que el alumnado realiza para decodificar las palabras que lee, conlleva a que no haya sido capaz de concentrarse en comprender el mensaje transmitido por el texto.
Afortunadamente, la investigación en dislexia ha avanzado mucho. Son muchos los profesionales que tienen este trastorno y han logrado no solo salir adelante sino también triunfar. Es el caso de Bill Gates, el creador de Microsoft. ¿Qué hubiera sido del mundo si en su país Bill Gates no hubiera sido intervenido de manera adecuada? ¿Habríamos tenido los ordenadores que hemos usado siempre?
Es importante realizar un diagnóstico del estado en el que se encuentra la persona, utilizando una serie de pruebas especializadas para evaluar los procesos lectores. Entre ellas es bueno permitirle que lea listados de diferentes tipos de palabras: palabras sometidas a reglas de ortografía arbitraria, palabras muy comunes, palabras poco corrientes o rebuscadas, pseudopalabras (no existen), palabras extranjeras, palabras homófonas, palabras parónimas, etc. ¿Por qué? Debemos tener en cuenta que el ser humano es capaz de captar las palabras a través de dos vías: La auditiva y la visual. Por la vía auditiva captamos los fonemas, y por la vía visual los grafemas. La conversión entre ambas nos permite saber identificar palabras tras haberlas leído y tras haberlas escuchado. Puede fallarnos una de las vías y tener dificultades para identificar algunos tipos de palabras.
Es importante realizar el diagnóstico y trabajar la conciencia fonológica de las palabras (fonemas, letras, sílabas y palabras), además de todas aquellas habilidades cognitivas que están relacionadas con el aprendizaje de la lectoescritura: La orientación académica y profesional, la grafomotricidad, el ritmo, el esquema corporal, la atención, la memoria, la estabilidad postural, la integración visual, etc. A partir de una secuenciación de actividades, poco a poco podrá evolucionar y superar sus dificultades.
Se le recomienda a las familias que, ante cualquier síntoma de sospecha de que pueda tener una dislexia, soliciten a sus centros educativos la realización de una evaluación psicopedagógica. Aunque cierto es que existen una serie de pruebas específicas, es importante realizar otras pruebas para descartar otros síntomas posibles, ya que no solamente se debe tomar como criterio el trabajo de un día, sino todo el historial, con toda la información recopilada por las familias y los maestros de sus hijos a partir de la observación de su rendimiento en el aula, de sus tareas, de si rechaza o no realizar ciertas tareas por el esfuerzo que le supone, etc.