Padres con hijos adolescentes

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«Mi hijo de 11 años está muy rebotado y él no era así.»

Es normal que al comienzo de la adolescencia tu hijo experimente cambios en su conducta. Tiene ya desarrollada una suficiente capacidad reflexiva como para cuestionar las normas, o tener unas necesidades e intereses que posiblemente no sean adecuadas para vosotros pero para su punto de vista le parece correcto, independientemente de quién pueda tener mayor coherencia en su postura. Poco a poco vuestro hijo tendrá una mayor necesidad de ser más independiente, incluyendo a la hora de tomar decisiones, y le gustaría disponer de esa libertad para ello.

Como padres, vuestro deber es darle consejos partiendo de vuestra experiencia, pero dándole a entender que es él quien debe tomar la decisión, asumiendo las consecuencias de sus actos, tanto las positivas como las negativas (según y como se mire). En cuanto a las normas, conviene negociarles y llegar a acuerdos entre ambas partes, donde cada una asumirá las consecuencias de no cumplir las normas (incluyendo las de los padres).

En todo momento tenéis que emplear el diálogo para conversar con él, y llevar a cabo la empatía, tanto vosotros como enseñarla a vuestro hijo. Podéis pedir ayuda a profesionales para que os asesoren sobre cómo relacionarse con adolescentes y cómo afrontar todos los retos que aparecen con la adolescencia, así como estrategias para resolver conflictos de forma dialógica y pacífica.

Adolescentes que participan en juegos peligrosos o inadecuados

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«Buenas, soy madre de dos chicas de 14 y 16 años y estamos pasando unos días en un chalet cerca de la playa de la familia de mi hermana, que tiene otra hija de 15 años. Llevamos unos días solas mi hermana, las tres chicas y yo.

Desde hace unos días nuestras hijas han empezado a salir con otras adolescentes de la urbanización. Sus amigas han empezado a venir bastante al chalet. Lo único que hacían era subir una habitación del piso de arriba, y estar horas y horas encerradas. De vez en cuando se les oía reír a carcajadas.

No hemos podido saber que hacían hasta ayer mismo, cuando accidentalmente mi hermana entró en el baño mientras nuestras hijas se duchaban, y vio como a las tres les faltaba parte del vello púbico, como si se los hubiesen arrancado a tirones. Así hemos podido averiguar que jugaban a un juego de cartas, en el que cuando perdían, tenían que arrancarse una parte del vello púbico.

Mi hermana se ha enfadado muchísimo, y les hemos rasurado lo que les quedaba de vello a las tres para terminar con el juego.
Ahora me parece que igual hemos sido demasiado duras con ellas. A mí me parece que son cosas relativamente normales a su edad, pero mi hermana le parece demasiado extraño. ¿Cuál es su opinión?»

Entiendo vuestra preocupación y cómo os habéis sentido cuando visteis a vuestras hijas con el vello púbico arrancado. Entiendo también vuestra reacción, pero es importante que habléis con ellas sobre el tema. Hoy ha sido esto, pero en un futuro puede ser otro tipo de juego donde el perdedor deba hacer algún tipo de reto. La idea es que habléis con ellas sobre los motivos por los que aceptan participar en estos juegos, si se sienten bien haciendo esto, si disfrutan, si esas chicas realmente valen la pena y se preocupan por ella o solamente viene para jugar a ese juego, si esas chicas son realmente amigas suyas y tratan a vuestras hijas con respeto, etc., así como las consecuencias de llevar a cabo esos castigos u otros similares para su salud. Sobre todo deben distinguir entre dignidad y diversión, Si alguien le obliga a hacer algo indigno o simplemente que no le parezca bien o no le guste, y ellas lo hacen por caer bien, hay que valorar si realmente vale la pena.

Es importante que escuchéis a vuestras hijas, conozcáis su punto de vista de todo y empatizar, recordando si es necesario vuestra infancia y adolescencia. Analizar errores cometidos por vosotras en el pasado y lo que pensáis ahora de lo que hicisteis, así como darle pautas para responder ante cualquier tipo de chantaje o provocación. Estas conductas habría que trabajarla en casa o en la consulta de un especialista, es bueno que aprendan las conductas alternativas en vez de dar por hecho que serán capaces de hacerlo por sí solas.

No deberíais castigarles, simplemente pueden haber cometido un error, y para evitar volver a cometerlo, sería importante conocer o disponer de gente madura y de confianza que pueda hablarles y tratarlas con respeto, así como ayudarles a reflexionar.

Niño de Educación Infantil con mal comportamiento pero buen rendimiento en tareas complejas

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«Buenos días, tengo un hijo de tres años que está en primero de infantil, su comportamiento en el colegio es muy malo, sólo se relaja cuando le ponen tareas complicadas.
En casa hemos conseguido controlar su mal comportamiento, poniéndole fichas de ejercicios que estimulen su inteligencia, con lo que hemos conseguido que esté completamente tranquilo.
En el colegio, sigue muy portándose mal, cuando utilizan plastilina para hacer el número 1 el hace bolas y la tira, tira arena en el patio, hace jaleo cuando la profesora va a leer un cuento para que los niños se relajen, no permanece quieto en las filas de entrada a la clase, cuando ve a un niño haciendo algo mal, quiere explicarle a la fuerza cómo se hace de manera correcta, etc.
Me he planteado la hiperactividad, pero la cuestión es que es un niño que se concentra muy bien con lo que le gusta y es el que mejor hace los ejercicios de la clase, de hecho, lo que realmente me planteo es que se aburre y de ahí su mal comportamiento y explico por qué;
– En el colegio están aprendiendo el número uno y el ya sabe perfectamente contar hasta el 20.
– Están aprendiendo un color y él conoce ya todos los comunes.
– Hacen puzzles de entre 4 y 6 piezas y él los hace sin ayuda de 60.
– Es completamente autónomo,él quiere entrar directamente al aula, sin esperas y hacer todas las cosas sólo, porque se considera capaz y el resto de los niños, necesita que le hagan todas las cosas.
– Sin que nadie le haya dicho nada, él mismo dice que es el más grande, el más fuerte y el más listo.
– Cuando se junta con otros niños quiere llevar la voz cantante siempre.
– No quiere jugar con niños de su edad, sólo con niños mayores, porque los considera bebés.
– Necesita que le expliquen todas las respuestas que le des, no le vale el PORQUE LO DIGO YO, O EL PORQUE SÍ, en el momento del día que le des una respuesta sin razonar, ya lo pierdes por una hora y a veces hasta para todo el día.

La profesora nos ha dicho que no puede mandarle ejercicios más difíciles que a los demás, porque no puede descuidar a los otros 17 niños para atenderlo a él, y lo veo lógico.
Estamos desesperados y si alguien nos puede decir qué le pasa y qué podemos hacer, porque para hacerle algún tipo de prueba es muy pequeño y la verdad es que todos los días te digan cuando lo vas a recoger al colegio, tu hijo se ha portado mal y no poder hacer nada para cambiar la situación

Estimado:

Es posible que su hijo pueda tener altas capacidades intelectuales, aunque a su vez es cierto que es difícil diagnosticar a un niño tan pequeño. Hay niños/as con altas capacidades que, cuando los contenidos que se trabajan en el aula no le estimulan, se aburre y comienza a tener un mal comportamiento. El problema es que a la larga puede suponer no implicarse en los estudios y estancarse, y al final poder acabar en fracaso escolar, así como posibles problemas con los compañeros/as que también afecten a su rendimiento.

Podrían llevarlo a un centro de atención temprana para que lo valoren, e incluso le hagan unas pruebas adaptadas a su edad, pero con el objetivo de tener una orientación para valorar cómo estimular las potencialidades de su hijo y atender sus necesidades, pero luego cuando cumpla seis años deberá ser valorado de nuevo, para así valorar si requiere de alguna medida de flexibilización o de enriquecimiento curricular, como una adaptación curricular adaptada para niños y niñas con altas capacidades intelectuales.

En cuanto a la conducta de su hijo, a pesar de su capacidad, no debe ser nunca subestimada. No deben consentirle esa conducta a pesar de todo. Les recomiendo dialogar con él sobre su comportamiento y las consecuencias de sus actos, partiendo de su capacidad de razonamiento para esa edad, así como negociar con él una serie de normas y las consecuencias de no cumplirlas así como de cumplirlas. Pueden firmar un contrato conductual e incluso iniciar, si lo estiman necesario, un programa de economía de fichas, donde le otorguen puntos por cada día que ejecute bien la conducta a trabajar. Si consigue 5 puntos, podrá optar a una recompensa, que deberá ser una actividad social a hacer en familia (nada de regalos materiales), la que él desee o le estimule, siempre que entre dentro de sus posibilidades. Luego a la próxima le exigen 8, luego 12…y poco a poco hasta que llegue a 30 ó 40 y ya haya asimilado la conducta. Si un día no cumple con su conducta, deberá reparar el daño causado así como no recibir punto ese día. No le quiten los puntos ganados, ya que se frustraría y abandonaría el programa. Eso sí, todo lo que negocien con él, debe estar justificado.

Y por supuesto, sean un modelo a seguir para él. Lleven ustedes a diario la conducta que ustedes deseen trabajar en su hijo, eviten recurrir a los gritos o a los azotes o contradecirse en la conducta que ustedes deseen que su hijo lleve a la práctica. Hablen con su maestra de todo esto para que coopere junto a ustedes.

Espero haberle ayudado. Un cordial saludo y ánimo.

Mi hijo se aburre en clase y no le gusta el colegio (Educación Infantil)

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«Resulta que la etapa de infantil la empezó en otro colegio, se adaptó muy bien, le gustaba e iba contento. Desde que este año se le cambió de colegio por motivos de trabajo no tiene el mismo interés por el colegio ni por las tareas.

Dice que es muy aburrido y se cansa. Pero resulta que en su clase no es el único. ¿Puede ser falta de motivación? ¿Será por mi hijo o por qué?»

Los cambios siempre suelen ser duros. Es posible que tu hijo estuviese adaptado al otro colegio en el sentido de que la metodología de clase era más divertida y dinámica, basada más en el juego. Ahora este año puede que en su nuevo colegio se siga una metodología más tradicional, más de elaborar fichas continuamente, y puede que esto no le motive. Pueden también influir otros factores, como el salto de un curso a otro, ya que a partir de 5 años ya poco a poco deben aprender a leer y a hacer más fichas de lectura, y es normal que ahora las actividades sean menos lúdicas.

Podrías hablar con sus maestros, para que valoren el rendimiento de tu hijo, y expliquen qué tal se lleva con sus compañeros/as de clase. Es importante valorar todo, ver si a lo mejor hay algún factor que influye, como unas relaciones sociales no muy positivas con sus compañeros, e incluso alguna que otra regañina que reciba por parte de sus maestros. Con todo, es posible que haya falta de motivación, no se puede descartar, pero es conveniente hablarlo e investigar. Estaría bien que intentaras preguntarle a tu hijo qué le gustaba de su antiguo colegio y qué no le gusta del nuevo, para hallar la situación. En el caso de que sea la metodología, tu hijo debe saber que posiblemente a partir de ahora no sea todo tan lúdico como antes, pero tú puedes intentar motivarle acerca de lo importante que será para él estudiar e ir al colegio, para su futuro, y en casa luego puedes intentar jugar a juegos didácticos con él, para seguir estimulándole.

Mi pareja ve pornografía a escondidas

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«He descubierto hace algún tiempo que mi pareja ve porno a diario y a escondidas. Suele hacerlo siempre que se echa a siesta, aprovecha para meterse el móvil a la habitación y ver vídeos pornos todos los días. Lo he descubierto revisando su historial de búsquedas, pero no lo sabe, pues tendría que descubrirme que le he revisado el móvil. A mi esto me molesta muchísimo, me parece que es un cerdo, porque la relación sexual que tenemos es buena y satisfactoria sobretodo para él. Yo no sé cómo abordarlo, si se lo digo me descubre y encima va a seguir haciéndolo siempre que quiera y mintiéndome acerca de ello y si no de lo digo, me está creando tal malestar que ya no soy capaz de mirarlo igual, me parece repugnante que todos los día tenga que ver lo, como si fuera un relajante muscular. Vamos no se que pensar, ni que hacer. Por favor ayúdenme.»

¿Por qué piensas que es malo lo que hace tu marido? ¿Por qué tu marido ve pornografía? ¿Has llegado a ponerte en su lugar y plantearte por qué ve pornografía? El hecho de ver pornografía no quiere decir que no esté satisfecho contigo a nivel sexual. Es simplemente que puede tener curiosidad por las experiencias sexuales que viven los protagonistas y sentir diferentes emociones. Podrías hablar con él acerca de las emociones que siente cuando ve pornografía, y qué es lo que más le gusta de ella, e incluso pedirle si algún día podríais ver juntos alguna película pornográfica. Tras la experiencia, opina lo que has sentido.

Este ejercicio que te propongo es para que trabajes la empatía, y así poder entender cómo se siente tu pareja. Este tipo de experiencias pueden incluso mejorar vuestra vida sexual. Podéis incluso aplicar lo que veáis en esas películas en vuestras prácticas sexuales y salir todos ganando.