Cocinar en Familia: Mucho Más que una Receta, ¡Una Escuela de Vida!

En el ajetreo diario, puede que la idea de meter a los niños en la cocina nos parezca más un caos que una actividad productiva. Pero, ¿y si te dijera que cocinar en casa con tus hijos es una de las actividades más enriquecedoras y educativas que podéis compartir? Desde nuestro gabinete psicopedagógico, queremos contarte por qué pasar tiempo entre fogones puede ser una auténtica escuela para su desarrollo.

Más allá de preparar una comida deliciosa, la cocina se convierte en un laboratorio de aprendizaje donde los pequeños (y no tan pequeños) adquieren habilidades fundamentales para su crecimiento cognitivo, emocional y social.

Beneficios Educativos que se Cocinan en Cada Plato:

  1. Desarrollo de Habilidades Matemáticas:
    • Medir y Pesar: Desde contar cucharadas hasta medir gramos y mililitros, la cocina es un espacio ideal para practicar conceptos de cantidad, volumen y peso.
    • Fracciones: ¿»Media taza de harina» o «un cuarto de litro de leche»? ¡Perfecto para introducir las fracciones de forma práctica y divertida!
    • Secuencias y Tiempo: Seguir los pasos de una receta y entender los tiempos de cocción ayuda a comprender la lógica y la duración.
  2. Estimulación del Lenguaje y la Comunicación:
    • Vocabulario: Aprenderán nombres de ingredientes, utensilios y técnicas culinarias (mezclar, batir, amasar, picar…).
    • Seguir Instrucciones: Leer y comprender una receta, así como seguir tus indicaciones, mejora su capacidad de escucha y comprensión.
    • Narración: Podrán contarte qué están haciendo, cómo se siente la masa, a qué huele… lo que fomenta su expresión oral.
  3. Fomento de la Autonomía y Responsabilidad:
    • Roles y Tareas: Asignarles tareas adecuadas a su edad (lavar verduras, remover, poner la mesa) les da un sentido de propósito y pertenencia.
    • Toma de Decisiones: Elegir ingredientes (con tu supervisión) o qué receta hacer les da poder de decisión y les enseña a asumir consecuencias.
    • Organización y Planificación: Preparar los ingredientes antes de empezar (mise en place) les enseña a organizar y planificar una tarea.
  4. Desarrollo Sensorial y Psicomotriz:
    • Exploración de Texturas y Olores: Tocar la masa, oler las especias, sentir el frío del hielo… ¡una fiesta para los sentidos!
    • Coordinación Ojo-Mano: Batir, cortar (con utensilios seguros), verter líquidos sin derramar, son actividades que mejoran la precisión y la coordinación.
    • Motricidad Fina: Amasar, decorar galletas o pelar guisantes son excelentes ejercicios para los músculos de las manos y los dedos.
  5. Refuerzo de la Autoestima y la Confianza:
    • Sentido de Logro: Crear algo desde cero y ver el resultado final (¡y que esté rico!) les da una inmensa satisfacción y orgullo.
    • Superación de Pequeños Desafíos: Si algo no sale bien, aprenden a perseverar y a buscar soluciones.
    • Valoración del Esfuerzo: Comprenden que el trabajo y la paciencia son necesarios para obtener un buen resultado.
  6. Hábitos Saludables y Conexión con los Alimentos:
    • Conocer los Alimentos: Aprenden de dónde vienen los ingredientes y cómo se transforman, lo que puede ayudarles a ser menos selectivos con la comida.
    • Conciencia Nutricional: Al participar en la preparación, es más probable que prueben y valoren los alimentos saludables.
    • Vínculo Familiar: La cocina es un espacio de unión, risas y conversaciones, fortaleciendo el lazo familiar y creando recuerdos inolvidables.

Consejos para un Cocinero Feliz y Seguro:

  • Adapta la tarea a su edad: Un niño pequeño puede lavar frutas, uno más mayor mezclar o medir.
  • Prioriza la seguridad: Explícales las normas básicas de la cocina, especialmente con cuchillos y el calor. Usa utensilios adecuados para niños.
  • Permite que se equivoquen: Es parte del aprendizaje. Un poco de desorden es normal.
  • Anímales a probar: Invítales a degustar los ingredientes crudos y el plato final.
  • ¡Diviértete! La clave es que sea una experiencia positiva y relajada para todos.

Incorporar a los niños en las tareas de la cocina no es solo una ayuda en casa; es una inversión en su desarrollo integral. Así que, la próxima vez que te plantees qué actividad hacer con tus hijos, ¡anímate a ponerles el delantal y a disfrutar de esta deliciosa y educativa aventura!

Si necesitas asesoramiento o que ayuden a tu hijo/a en este sentido o a ti mismo, accede a la sección de Contacto.

Cuando las Notas Afectan el Corazón: Cómo Ayudar a tu Hijo con Baja Autoestima por los Malos Resultados Académicos

Como padres, queremos lo mejor para nuestros hijos, y verlos luchar en la escuela, especialmente con sus calificaciones, puede ser frustrante y preocupante. Pero, ¿qué pasa cuando esos malos resultados académicos empiezan a minar su confianza, llevando a una baja autoestima? Es un escenario común y, afortunadamente, hay mucho que podemos hacer para ayudarles a superar esta situación.

Entendiendo el Vínculo entre Rendimiento Escolar y Autoestima

Para un niño, la escuela es su principal «trabajo», el lugar donde pasa la mayor parte de su tiempo y donde se enfrenta a desafíos constantes. Los resultados académicos no son solo números; a menudo se perciben como un reflejo de su inteligencia, su valía y su capacidad para tener éxito. Cuando las calificaciones no son las esperadas, es fácil que los niños internalicen el mensaje de que «no son lo suficientemente buenos» o «no son inteligentes», lo que puede erosionar gravemente su autoestima.

Esta baja autoestima, a su vez, puede crear un círculo vicioso: la falta de confianza lleva a la desmotivación, al miedo a intentar cosas nuevas, a la evitación de tareas difíciles y, en última instancia, a un rendimiento aún peor. Romper este ciclo es clave para su bienestar emocional y académico.

Señales de Alerta: ¿Cómo Reconocer la Baja Autoestima?

No siempre es fácil detectar que la autoestima de tu hijo está sufriendo. Presta atención a estas señales:

  • Verbalizaciones negativas: Frases como «soy tonto», «nunca lo conseguiré», «para qué intentarlo si lo voy a hacer mal».
  • Desinterés o apatía: Falta de entusiasmo por las tareas escolares o incluso por actividades que antes disfrutaba.
  • Evitación: Poner excusas para no hacer los deberes, fingir enfermedades para no ir a la escuela, o negarse a participar en clase.
  • Irritabilidad o frustración: Reacciones exageradas ante errores o dificultades.
  • Aislamiento social: Alejarse de amigos o actividades grupales.
  • Miedo al fracaso: Paralizarse ante la posibilidad de no hacerlo bien.
  • Perfeccionismo excesivo o, por el contrario, abandono total.

Estrategias para Reconstruir su Confianza y Apoyar su Aprendizaje

Tu papel como padre es fundamental para ayudar a tu hijo a recuperar la confianza en sí mismo. Aquí te damos algunas pautas:

  1. Separa el valor personal de las notas:
    • Mensaje claro: Recuérdale a tu hijo constantemente que su valía como persona no depende de sus calificaciones. «Te quiero y estoy orgulloso de ti, sin importar la nota que saques».
    • Celebra el esfuerzo, no solo el resultado: Elogia su dedicación, su persistencia y su actitud positiva ante los desafíos, incluso si el resultado final no es perfecto. «Veo cuánto te has esforzado en este trabajo, y eso es lo más importante».
  2. Fomenta una mentalidad de crecimiento:
    • «Todavía no»: Explícale que los errores son oportunidades para aprender, no fracasos. En lugar de «no puedo», anímale a decir «todavía no puedo, pero voy a practicar para conseguirlo».
    • El cerebro es un músculo: Compáralo con aprender a montar en bicicleta o cualquier otra habilidad; se necesita práctica y tiempo para mejorar.
  3. Identifica y potencia sus fortalezas:
    • Más allá de lo académico: Ayúdale a descubrir y desarrollar otras áreas donde destaque: deportes, música, arte, habilidades sociales, cocinar, etc. Esto le recordará que es capaz y talentoso en muchos aspectos.
    • Tareas de éxito: Propón actividades donde sepa que va a tener éxito, para que experimente la sensación de logro.
  4. Enfócate en la mejora, no en la comparación:
    • Progreso personal: Ayúdale a ver su propio progreso, por pequeño que sea. Compara su rendimiento actual con su rendimiento pasado, no con el de sus compañeros.
    • Metas realistas: Estableced juntos objetivos pequeños y alcanzables que pueda ir cumpliendo paso a paso.
  5. Comunicación abierta y empática:
    • Escucha activa: Permite que exprese sus miedos y frustraciones sin juzgar. Valida sus sentimientos: «Entiendo que te sientas decepcionado/frustrado».
    • Evita las críticas y las comparaciones: Las frases como «tu hermano lo hace mejor» o «no te esfuerzas lo suficiente» son destructivas para la autoestima.
    • Colabora con el colegio: Mantén una comunicación fluida con los profesores para entender las dificultades específicas y trabajar en equipo.
  6. Busca el apoyo necesario:
    • Identifica la causa: A veces, los malos resultados académicos pueden deberse a dificultades de aprendizaje, problemas de atención, o incluso a factores emocionales. Si sospechas esto, o si las estrategias en casa no son suficientes, no dudes en buscar la ayuda de profesionales.
    • Intervención psicopedagógica: En nuestro gabinete podemos realizar una evaluación completa para identificar las causas subyacentes de las dificultades académicas y la baja autoestima, y ofrecer un plan de intervención personalizado (técnicas de estudio, apoyo escolar, terapia para la autoestima, etc.).

Recordemos que la autoestima es un pilar fundamental para el desarrollo integral de nuestros hijos. Al apoyarlos con paciencia, amor incondicional y las herramientas adecuadas, les ayudaremos no solo a mejorar sus resultados académicos, sino a construir una base sólida de confianza y resiliencia para enfrentar cualquier desafío en la vida.

Si necesitas asesoramiento o que ayuden a tu hijo/a en este sentido o a ti mismo, accede a la sección de Contacto.

Publicación del libro «El tótem de los deseos y otras historias»

El año pasado, publiqué un libro denominado «El Conde Catdula y otras historias» que recopilaba todos (o casi todos, mejor dicho) los textos que había escrito entre 2015 y 2021 inclusive para trabajar diferentes aprendizajes con mi alumnado. Este año 2022 he publicado el nuevo volumen que tiene el mismo objetivo, es decir, difundir los textos que he ido redactando para trabajar diferentes aprendizajes con mi alumnado: orientación profesional, técnicas de estudio, comprensión lectora, comentario de texto, habilidades sociales, educación emocional, educación en valores, etc., entre otros. También he introducido algunos textos que no introduje en el anterior libro.

A diferencia del anterior libro, los textos aparecen clasificados por nivel educativo (Educación Primaria y Educación Secundaria). Espero que podáis disfrutarlos. Para acceder a la ficha del libro en Amazon, haced click aqui.

¿Por qué es importante desarrollar la resiliencia en los niños y niñas?

¡Buenas a todos y a todas! Antes que nada, pedir disculpas por el retraso en subir una nueva entrada al blog del Gabinete Psicopedagógico Kaposkly. La mayoría de las entradas estaban programadas desde hace tiempo y entre una cosa y otra he estado demasiado liado. En este ocasión, en vez de traeros un caso práctico resuelto, os aporto unas reflexiones personales sobre un tema de actualidad: La resiliencia.

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La resiliencia es la capacidad que tienen las personas de afrontar de forma positiva los conflictos, dificultades y adversidades que surgen en la vida diaria, de maneras que estas sean consideradas como retos y oportunidades para el aprendizaje y el crecimiento personal. Los niños también pueden verse dentro de numerosos conflictos, como los siguientes:

  • Ser víctimas de un caso de acoso escolar o bullying.
  • Vivir en una situación de pobreza, con escasos medios y dificultades para poder comer o tener ropa.
  • Dificultades de aprendizaje, lo que conlleva problemas para alcanzar determinados aprendizajes, afectando a su autoestima.
  • Malas rachas en los estudios, sobre todo a medida que se va subiendo de nivel. Dificultades para asimilar y seguir los aprendizajes, con la amenaza de repetir curso pisándole los talones.
  • Conflictos y problemas de convivencia con sus iguales.
  • Problemas amorosos, para aquellos que sean adolescentes.
  • Dificultades para hacer amistades y tener una vida social estable a un nivel deseado.
  • Problemas familiares, como conflictos entre los padres, procesos de separación conflictivos donde hay juicios por la custodia.
  • Situaciones de maltrato infantil y/o violencia de género.
  • Vivir en un territorio en estado de guerra.
  • Vivir en un espacio que sufre confinamientos agresivos debido a una pandemia.

Podríamos mencionar muchos más. Ahora, ¿cómo desde casa podríamos ayudar a los niños a ser más resilientes?

  • Recordarle cuáles son sus fortalezas, es decir, aquellas habilidades que tienen, qué se les da bien hacer, lo que han logrado hasta ahora gracias a su esfuerzo y dedicación…Es importante trabajar su autoestima.
  • Ayudarles a superar sus dificultades a través de pautas, consejos, simulacros e incluso ayuda profesional, en caso de ser necesario (psicólogos, psicopedagogos, profesores particulares…).
  • Mantener una relación de afecto y confianza, demostrándole a nuestros hijos que pueden confiar en nosotros para que se desahoguen y les podamos ayudar, sin enfadarnos sin necesidad. Para ello, los padres deben trabajar la escucha activa y empática, para así saber entender lo que le sucede al niño bajo su percepción y forma de ver la vida y todas las situaciones. Aquello que para nosotros puede no tener importancia, para el niño bajo su forma de ver la vida sí lo tiene. Es importante que las familias entendamos eso.
  • Ayudarles a buscar el lado positivo de cada situación. Por ejemplo, si están tristes porque les va mal en matemáticas, el lado positivo es que si superan la materia, las dominarán mejor y se sentirá más capaz en un futuro de superar dificultades que tenga en otra materia porque ya sabe las herramientas para ello y se frustrará menos cuando llegue el momento.
  • Ayudarles a desarrollar sus habilidades sociales, es decir, que aprendan a iniciar conversaciones, a hablar en público, a dirigirse a terceras personas, a hacer recados, a afrontar situaciones y conflictos sociales donde intervengan otras personas, que sepan pedir ayuda a las personas más adecuadas en cada caso…
  • Trabajar la iniciativa, por ejemplo, permitiéndoles proponer planes para hacer en familia los fines de semana, a tomar decisiones sobre qué se van a poner para salir a pasear, qué decidan qué van a cenar al menos dos veces por semana, jugar a resolver acertijos y enigmas, debatir sobre noticias que se ven en la televisión y qué podría hacer él para resolverlos…
  • Desarrollar la capacidad de pensamiento crítico viendo dibujos animados que tengan una moraleja o mensaje, y debatir sobre ese mensaje, su importancia, su aplicación en la vida diaria…
  • Buscar un tiempo para desconectar de todo y sentirse bien. Posibilitarle participar en actividades que se le den bien y le resulten placenteras, desde actividades extraescolares hasta actividades de ocio para el fin de semana y las vacaciones. Es bueno que puedan estar en contacto con sus amistades y familiares más apreciados (por ejemplo, tíos y primos, abuelos…), con la naturaleza, hacer deporte de forma regular, participar en actividades de relajación (pilates, yoga, masajes, Mindfulness…), tener una dieta equilibrada…Se debe evitar que los niños consuman excesivas chucherías, los cuales les harán sentirse peor y más agotados.
  • Ayudarle a aceptar que los cambios forman parte de la vida. Acceder a nuevos retos académicos donde requiere mayor dedicación a los estudios, mudanzas, hacer nuevos amigos, comenzar estudios en otros centros educativos, buscar trabajo fuera de casa, resolver problemas con los amigos de toda la vida, el nacimiento de un nuevo hermano, el fallecimiento de un ser querido…Ayudarle a ver las ventajas que obtendrá si se enfrenta a sus miedos y logra alcanzar todas sus metas (por ejemplo, si al final, aunque repita curso, se esfuerza y se deja ayudar en los estudios, aprobará, logrará el título y podrá acceder a una formación ajustada a sus intereses profesionales).

La resiliencia no se desarrolla de la noche a la mañana. Requiere un trabajo constante entre todos y todas. Y a veces pueden surgir baches y momentos de bajón donde parece que hemos dado un paso atrás, pero para eso las familias podemos estar apoyando a nuestros hijos, seguir ayudándole y buscar ayuda profesional. En el Gabinete Psicopedagógico Kaposkly se trabaja la resiliencia dentro de los programas de intervención educativa de la conducta. Si deseas más información, haz clic en la sección de «Contacto«.

Mi hijo siempre suspende y no está motivado por los estudios

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Hola mi hijo tiene 19 años esta en 2 bachiller. Repitió 1 y 2 eso. Y desde entonces siempre trae suspensos 5 o 6 y luego en septiembre los recupera y pasa de año con 2 asignaturas sin recuperar. Le han dado la libreta del primer trimestre y a suspendido 6 asignaturas. Ya no sé qué hacer quiero que estudie porque es un chico muy inteligente solo que estudia poco le gusta salir es muy sociable de hecho todos los que le conocen hablan muy bien de el. Porque es un chico que no ha dado problemas es muy educado nos respeta mucho a mi ya su papá. Pero lo que es el estudio nos trae por la calle de la amargura. Ya no sé que decirle por favor que me aconsejan.

No tengo demasiada información, sería necesario que su hijo fuese evaluado por un orientador educativo (psicopedagogo, pedagogo, psicólogo educativo…) para valorar si su hijo presenta algún tipo de dificultad de aprendizaje, o emplea unas técnicas de estudio inadecuadas, si tiene problemas para mantener la concentración o simplemente se encuentra desmotivado. Influyen siempre muchos factores. Es posible que, partiendo de la información que usted nos ha facilitado, le falte motivación para los estudios y no sé si mientras estudia tiene problemas para mantener la concentración. Le sugiero hablar con su hijo sobre la situación y valorar acudir a un gabinete psicopedagógico para realizar el correspondiente estudio de su perfil. Con todo ello, pueden tomar medidas dirigidas a intervenir en sus hábitos de estudio, procesos cognitivos, dificultades de aprendizaje o, en relación con la motivación, orientarle sobre las posibles salidas académicas y profesionales para después del Bachillerato en conexión con su personalidad, intereses y aptitudes. Ignoro si ya usted ha hablado con su hijo sobre qué espera de la vida, sus intereses académicos para cuando finalice el instituto y de qué le gustaría poder trabajar. Es algo importante, porque si no tiene una meta ya definida (en 2º de Bachillerato ya tiene que ir pensando algo), quizás necesite orientación para ayudarle a descubrir qué le gustaría hacer y las posibilidades académicas disponibles para formarse para ello.